El 13 de abril del 81 de la Era Juche, 1992, al gran Líder Presidente Kim Il Sung se le confirió el título de Generalísimo de la RPDC, por el unánime anhelo de todo el pueblo.

Informada esta noticia, en los puestos de defensa del frente, centros de trabajo y hogares de todo el país estallaron las aclamaciones "¡Viva el gran Líder Generalísimo Kim Il Sung!".

Este suceso coreano fue también el acontecer común de la humanidad progresista. Líderes de partido, jefes de Estado y gobierno, ministros de defensa nacional y otros de distintos sectores de numerosos países le dirigieron mensajes y cartas de felicitaciones elogiándolo como "el mejor héroe", "gigante militar genial" y "combatiente de acero".

Nuestro Líder se tomó una foto histórica vestido de uniforme del Generalísimo en aquel abril en que reinaban la infinita veneración y alabanza del pueblo coreano y los demás del orbe hacia él. Admirando su foto, el pueblo rindió el cordial saludo al Líder quien abrió por primera vez en la historia el camino de la revolución de Songun, dirigió la gran guerra antijaponesa y la antiyanqui al brillante triunfo y construyó en el suelo patrio la fortaleza autodefensiva a que ningún agresor se atreve a tocar, con el ingenioso lineamiento de desarrollo simultáneo.

Los coreanos entendieron con más profundidad el sentido del fusil en el proceso de recorrer el largo camino de la revolución en pos del Presidente Kim Il Sung.

El fusil implica la vida de la nación y la victoria de la revolución. Con esta verdad, el pueblo avanzó triunfante superando las severas pruebas. Antes por no contar con su líder ilustre, éste no pudo menos de sufrir como fatalidad el servilismo a las grandes potencias y la ruina del país, aún haciendo alarde de su larga historia de cinco milenios y brillante cultura.

Quien puso en la cúspide de la dignidad al pueblo que padecía martirios durante largo tiempo como nación débil en colonia, fue precisamente el Presidente Kim Il Sung.

Al enaltecerlo como su líder, la nación llegó a tener la fuerza capaz de defender a sí misma y se produjo un viraje trascendental en el destino de la patria y el pueblo. Se alcanzaron la obra histórica de la liberación de la patria y la victoria en la guerra antiyanqui y se construyó una invencible potencia socialista. A través de todo esto, el pueblo experimentó una vez más cuán gran Líder fue el Presidente Kim Il Sung quien formó con el Songun la fuerza de Corea.

El Líder paternal dejó como herencia la potente garantía militar para la soberanía del país y la eterna prosperidad de la nación.

Hoy también, el pueblo le agradece profundamente y le rinde la más alta consideración. La trayectoria del Songun iniciada por el gran Líder fue heredada por el gran Dirigente Kim Jong Il y hoy lo continúa el estimado Mariscal Kim Jong Un, otro jefe militar de genio natural.

Le deparan sólo las victorias y glorias a Corea que avanza siguiendo el liderazgo del estimado Mariscal Kim Jong Un al igual que recorrió el larguísimo camino del Songun bajo la dirección de los grandes Líderes.

Fuente: Voz de Corea