Con respecto a las recientes medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en relación con sancionar a la República Popular Democrática de Corea, no tienen otro origen que el de tratar de privatizar nuevos territorios que no están en manos de los Estados Unidos y de sus lacayos, y de esta forma, apoderarse de los recursos y riquezas de otras naciones, como lo ha hecho con casi todo el mundo.

Allá donde Estados Unidos y su séquito capitalista no poseen dominio, buscan colonizarlo mediante sanciones, bloqueos, boicots y chantajes, y si ello no procede positivo para sus funestas causas, invaden, crean guerras criminales o propician golpes de estado para entronizar a sus peones para que les hagan el trabajo sucio.

Así vemos cómo Estados Unidos intenta, por todos los medios, de adueñarse en sus planes de dominación mundial, de arrebatar el poder al pueblo de la República Popular Democrática de Corea, para lo cual ha venido lanzando diferentes etapas para desprestigiar por todas las vías posibles a esta nación que no se encuentra bajo su poder ni dominio, pero sueña con ampliar su invasión que ha concretado en el sur coreano con miles de tropas militares, así como ha impuesto un muro del que los países hipócritas no hablan ni prefieren abordar cuál ha sido su origen.

Condenamos estas resoluciones ilegales, inmorales y antihumanas de las Naciones Unidas, las que sólo sitúan a sus redactores como los monstruos más perversos de la historia, buscando rendir de alguna forma a la República Popular Democrática de Corea a los pies de barro norteamericanos y sus lacayos en la típica movida imperialista para someter a sus enemigos.

Por otro lado, este show creado en las entrañas de los servicios del espionaje corporativista y de las elites oligarcas más rancias del planeta, caen en el ridículo por fracasar una y mil veces al no poder impedir el avance tecnológico y defensivo de la República Popular Democrática de Corea, ya que las exitosas pruebas de la bomba de hidrógeno, el lanzamiento del satélite Kwangmyongsong-4, y las recientes capacidades defensivas estrenadas, constituyen las pruebas más palpables del poderío del país del Juche en el campo de la liberación sobre los intentos de dominación imperialista, lo que ha sido un golpe muy duro para el imperialismo y neocolonialismo.

Con esta actitud la ONU se ubica en el estrado de los criminales de guerra internacionales, que buscan el genocidio mediante la sonrisa y la perversidad, y esto se justifica en el simple hecho de que todos los países tienen el derecho a la autodeterminación. Incluso se contradice en su mismo espíritu, ya que el derecho a rebelión se consagra en las propias bases de esta organización, rebelión que se lleva adelante de manera continua por parte del pueblo coreano para tratar de liberarse del yugo imperialista norteamericano.

Las sanciones sólo servirán para que la astucia y perspicacia del pueblo coreano se proyecte y siga su desarrollo, tal como lo atestiguan sus ciudades, donde el progreso no se detiene y la calidad de vida del pueblo es mejor en base a una lucha antiimperialista. Los coreanos saben mejor que nadie cómo avanzar, y de ello seguirán hablando las nuevas metas y sorpresas que le tienen preparados a los imperialistas.

Asociación de Amistad con Corea, Chile.