En todos los países los derechos humanos son garantizados por la ley. Para conocer el estado real del “problema de los derechos humanos” en la RPD de Corea del que últimamente Estados Unidos y el Occidente hablan ruidosamente es preciso estudiar su Constitución Socialista.

Esta ley fundamental consta de 7 capítulos (con 172 artículos) de los cuales los 4, con la excepción de los que refrendan sobre los órganos estatales, la defensa nacional y el escudo, la bandera y el himno nacionales y la capital, son todos directamente relativos a los derechos humanos.

Ante todo, la Constitución Socialista estipula el aseguramiento a todas las personas del derecho al trabajo, la jornada de 8 horas, las vacaciones pagadas, la vivencia en las casas de reposo, la asistencia médica y la enseñanza gratuitas y las viviendas. Su artículo 25 precisa que el Estado asegura a todos los trabajadores plenas condiciones para la alimentación, el vestido y la vivienda.

¿Se hace realidad lo estipulado?

Según Sputnik, agencia de Internet de Rusia, un turista serbio, en su artículo La actualidad de Norcorea completamente contraviene la propaganda, escribió que él había oído la propaganda de que los norcoreanos pasaban hambre, se alimentaban de hierbas y estaban mal vestidos y otras historias mitológicas, y que, al contrario, la realidad de este país se contrapone completamente a la mencionada propaganda.

En la RPD de Corea a todas las personas de edad apta para el trabajo se les asegura el empleo según su deseo y vocación y no hay ni un desempleado, lo cual es reconocido por todos que la visitaron. La enseñanza y asistencia médica vigentes en la RPD de Corea son de nivel más alto en el mundo. Esta es una opinión unánime de los expertos de la organización internacional correspondiente.

En otra ocasión, Estados Unidos y el Occidente propagaron a bombo y platillos que las viviendas de lujo de los repartos Changjon, Mirae para los científicos y Ryomyong serían destinadas a la “capa privilegiada”. Pero, al contrario, fueron distribuidas de balde a los ordinarios trabajadores como obreros, oficinistas, maestros universitarios e investigadores, hecho difundido ampliamente en el mundo, dando a conocer que en la RPD de Corea la “capa privilegiada” no son sino los trabajadores ordinarios.

El Brasil de Fato, periódico de Internet de Brasil, Vida de los norcoreanos no mostrada por los medios informativos, nota de su entrevista con Rodrigo Fereira, consultor del problema de las relaciones internacionales de Brasil, comentó: Norcorea siempre es descrita como país dictatorial militar donde las personas están hambrientas y oprimidas, pero en comparación con otros países la vida de sus habitantes es más digna, sus ciudades son limpias, sus establecimientos públicos están atendidos con gran devoción y sus servicios básicos se les ofrecen gratis a cualquiera. No ocurre ni la escasez de la vivienda, rompecabezas más general del que adolece el mundo. Todos, sea quien sea, si contraen matrimonio, reciben del gobierno la casa.

Examinemos el derecho político que constituye lo más importante de los derechos humanos.

El artículo 4 refrenda: El poder de la República Popular Democrática de Corea pertenece a los obreros, campesinos, militares, intelectuales y demás sectores del pueblo trabajador. 

Realmente en la RPD de Corea cualquiera, aunque sea ordinaria, si se desempeña bien y disfruta de la confianza de la gente, se elige como diputado a los órganos de poder de todos los niveles, incluso la Asamblea Popular Suprema (parlamento). ¿Acaso hay en los Estados Unidos autodenominado “reino de la libertad y la igualdad” y el Occidente que reclama la democracia casos en los que un obrero o un campesino se elige como legislador? Allí, para no hablar del derecho político, suele ocurrir casos en los que las personas, solo por una razón de ser negro o inmigrante, se ven atentada la vida.

La Constitución Socialista estipula, además, la libertad de palabra, prensa, reunión, manifestación, asociación y creencia religiosa y el derecho a presentar quejas o demandas. Evidentemente el imperio y el Occidente estarán descontento de la inexistencia en la RPD de Corea de los opositores políticos y las manifestaciones y publicaciones antigubernamentales. La explicación sobre ella es simple. Así es porque el Estado, como la Constitución precisa, tiene por principio supremo de su actividad mejorar constantemente la vida material y cultural del pueblo y hace todo lo que pueda para ello y lo enaltece como dueño del país y lo pone todo en su servicio. Es ilógico oponerse a tal sociedad, y nunca ocurrirá lo que el imperio o el Occidente esperan.

No es casual que muchos visitantes a este país asiático reconocen el socialismo de estilo coreano. 

Sin embargo, los medios de prensa norteamericanos y occidentales tergiversan y vituperan con saña el estado real de los derechos humanos en la Corea popular. La causa consiste en que el socialismo coreano es incomparablemente superior sobre el capitalismo y no se han liberado de la hostilidad a la RPD de Corea de larga historia.

Quisiera aconsejar que el que quiere conocer el estado real de los derechos humanos en la RPD de Corea estudie su Constitución Socialista y la visite.