“…Por el documental podrán saber claramente por qué los productores describieron que los coreanos, inflexibles aun en las múltiples dificultades, son ‘el pueblo más feliz en el mundo.”

Se trata de un comentario de una revista online, sobre el documental ruso Tierra del pueblo más feliz, recién estrenado que, no bien producido, se transmitió ampliamente en Rusia por canales TV e Internet de Rusia, gozando de popularidad.

Diversos sectores del pueblo en visita a las estatuas de Kim Il Sung y Kim Jong Il, respectivamente eterno Presidente de la República Popular Democrática de Corea y Presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, erguidas en la colina Mansu de Pyongyang, las gentes que llevan una vida holgada bajo el régimen socialista que se acomoda más en virtud del efervescente amor al hombre y a las posteridades de su Máximo Dirigente Kim Jong Un, los lugares pintorescos, el paisaje natural… “¿Esta es la realidad de la RPD de Corea?”, “La ciudad es muy hermosa”, “Los norcoreanos son cordiales”, expresaron con gran admiración los telespectadores y visitantes de Internet.

En los últimos momentos la prensa del mundo y los extranjeros que experimentaron la realidad de la RPD de Corea unánimemente expresan su admiración. Porque allí vieron directamente algo diferente por completo de lo propagado por los medios de prensa occidentales. También el documental ruso es, en fin de cuentas, una compilación de ello.

Ciertamente en la RPD de Corea existe algo completamente contrario a lo divulgado por el Occidente, algo diferente del capitalismo.

El alma del pueblo coreano es, tan limpia como el papel blanco. Una sociedad en la que sus integrantes se ayudan y orientan unos a otros, consideran la desgracia ajena como la suya, y todos forman una gran familia, esta es donde viven los coreanos. Estos, aunque la situación se empeora al máximo, siempre viven con optimismo. En sus radiantes caras, habla y acción no se nota ninguna inquietud, vacilación y preocupación. Al contrario, en su risa se perciben su orgullo, dignidad y esperanza. Esa risa no inventada es una expresión de su verdadera felicidad y orgullo muy pulcros.

En varios decenios de la construcción socialista ellos asimilaron la verdad de que lo todo debían hacerlo con su propia fuerza. Al considerar que durante largo tiempo los coreanos no solo han sufrido la agresión extranjera y la guerra, sino que todavía están en la guerra, en efecto, ellos trabajan magníficamente, de manera que admiren al mundo.

Actualmente la RPD de Corea, en todas las esferas, impulsa la modernización y progresa continuamente. Con el paso del tiempo se construyen sucesivamente los repartos lujosos y aumentan la capacidad y la producción de las fábricas y empresas. Se ponen en vigencia la enseñanza y la asistencia médica gratuitas de nivel más alto. Las viviendas modernas que en el Occidente serían calificadas solo de “lujosas”, se distribuyen de balde entre los trabajadores ordinarios.

Lo importante es que la RPD de Corea lo produce todo para el pueblo con sus propios recursos y pone en pleno juego el poderío de su economía planificada. “Norcorea conoció un desarrollo muy grande, no comparable con diez o veinte años antes. La restauración de su economía comprueba que la decisión de la Dirección del país teóricamente justa”, afirmó un ciudadano ruso.

Otro punto a tener en cuenta es el hecho de que los norcoreanos, sea quien sea, en la interviú primero expresan sus veneraciones y agradecimientos a su Líder, su Dirigente, y toman la decisión de corresponder al beneficio de ellos. Sería increíbles para occidentes. Si ellos visitan la RPD de Corea, lo comprenderán claramente. Sus líderes consagraron todo lo suyo para la felicidad del pueblo. Hoy, a favor de este, se abniega Kim Jong Un, Máximo Dirigente de la RPD de Corea.

“Es difícil que los extranjeros comprendan la confianza y el sentimiento de respeto sin límites del pueblo coreano a su Dirigente. Los políticos del Occidente persiguen solo honor personal, pero el Mariscal Kim Jong Un consagra para la prosperidad del país y la felicidad del pueblo. El pueblo coreano, que tiene al gran dirigente, es, de veras, envidiable. Los coreanos son las personas más felices en el mundo”, comentó el periódico checo Dialog en su artículo titulado “¡Vamos a ser imparcial en mirar la RPD de Corea!”.